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21 sept 2011

Kullervo

Volviendo a la mitología finesa, hablaremos de uno de los personajes más importantes del Kalevala, cuya historia constituye prácticamente una unidad independiente del poema: Kullervo

La historia comienza en el canto XXXI del Kalevala, con una pelea entre dos hermanos, Untamo y Kalervo, pues el primero había echado la red de pescar en aguas de Kalervo, y éste, viéndolo, sacó los peces de la red de Untamo y los metió en su cesta, lo que provocó a Untamo (peleas por la propiedad de la tierra son una constante tanto en la mitología finesa como en la nórdica, con ejemplos como la Saga de Egil Skallagrímsson donde se narran las peleas entre Thorstein, hijo de Egil, y Steinar, al sobrepasar éste los límites del Háfslaek, un arroyo que servía de frontera entre las dos propiedades), y ambos se enzarzaron en un combate del que ninguno salía vencedor.
Como venganza, Kalervo plantó avena tras la casa de Untamo, quien, enfurecido, mató a Kalervo y a toda su familia, salvo a una mujer embarazada a la que pusieron a limpiar la casa de Untamo. Esta mujer dio a luz a Kullervo, hijo de Kalervo.
Cuando el niño creció, comenzó a tener deseos de venganza contra Untamo por la muerte de su padre, por lo que Untamo, para evitarlo, pensó maneras de acabar con él:
-Primero lo metieron en un tonel y lo arrojaron al mar, por si se ahogaba entre el oleaje, pero Kullervo rompió el tonel y se encontraba pescando cuando fueron a verle
-Después lo echaron a una hoguera que estuvo ardiendo hasta tres días. La hoguera acabó por convertirse en cenizas, pero Kullervo proseguía con vida
-Finalmente, lo dejó ahoracado durante tres días, pero Kullervo, que no había muerto, se entretenía ilustrando el árbol con un punzón

Untamo, puesto que no podía matarlo, lo puso de sirviente, pero no conseguía hacer correctamente ninguna de las tareas que se le encomedaban, por lo que Untamo, desesperado, se lo vendió a Ilmarinen en Carelia.

La mujer de Ilmarinen le envía a pastorear, y como comida le entrega un pan con una piedra puesta intencionalmente dentro por ella. Cuando Kullervo va a cortar el pan con un cuchillo que es el único recuerdo de su familia lo rompe, lo cual le enfada tanto que, para vengarse, decide llevar de vuelta lobos y osos disfrazados de ganado, y cuando la mujer de Ilmarinen intenta ordeñarlos las bestias se rebelan y la matan.

Tras esto, Kullervo vagabundea hasta Laponia, donde encuentra a su familia, salvo su hermana, que se perdió mientras recogía bayas. Como no sirve para trabajar en casa, su padre le envía a pagar tributos, y en el camino de vuelta, se encuentra con su hermana, pero no la reconoce y la seduce. Al enterarse de su linaje común, la hermana se suicida tirándose a los rápidos de un río. Kullervo le cuenta a su madre lo sucedido y pretende suicidarse, pero la madre le persuade de que no lo haga.

Kullervo se prepara para ir a la guerra contra Untamo y arrasa su aldea con una espada que Ukko le presta. A la vuelta, todos sus familiares habían fallecido, y en su casa tan sólo quedaba su perro, con quien va junto al río donde su hermana, a quien sedujó, se arrojó para para perder la vida, y allí le preguntó a la espada de Ukko si no le importaría comer carne del culpable, a lo que la propia espada responde que cuándo ha comido tanta carne inocente, comer carne culpable y beber sangre culpable no le importa. Tras obtener esta respuesta, Kullervo hunde el mango de la espada en tierra quedando sujeta de forma vertical y se arrojó sobre ella, perdiendo la vida.

Akseli Gallen-Kallela: La maldición de Kullervo
Esta manera de suicidarse no es exclusiva: en la Ilíada, tras perder un combate contra Odiseo, Áyax enloquece y mata a un rebaño de ovejas, confundiéndolas con aqueos. Cuando despierta de su locura y ve el caos que ha creado, decide quitarse la vida de igual modo)

El compositor finlandés Jean Sibelius aprovechó este poema para componer Kullervo (1882):

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