Baldr era uno de los hijos de Odín y Frigga, del que <<sólo pueden decirse cosas buenas. Es el mejor, y todos le alaban. Su rostro es tan bello y brillante que resplandece (...). Vive en el lugar llamado Breidablik, que está en el cielo. En ese lugar no puede haber suciedad>>
Tanto este rasgo de brillo solar y el hecho de ser aclamado y querido por todos, como los demás relatos de su vida que veremos ahora, hacen establecer un paralelismo inevitable entre Baldr y Soslan y entre Loki y Syrdon, siendo Soslan y Syrdon héroes de la mitología oseta.
Un día, el bueno de Baldr comenzó a tener horribles sueños sobre su muerte, y al contárselo a los Ases, se reunieron en consejo y ordenaron proteger a Baldr contra cualquier clase de daño.
Y Frigg hizo jurar <<al fuego y al agua, al hierro y toda clase de metales, las piedras, la tierra, los árboles, las enfermedades, los animales, las aves, los venenos, las serpientes>> que no causarían ningún tipo de daño a Baldr. Una vez que todos juraron no dañar a Baldr jamás, los Ases se divirtieron haciendo que Baldr se pusiera en el medio del thing y lanzándole flechas, golpeándole con la espada, lapidándole, conscientes de que hicieran lo que hiciesen, no le causarían el menor daño al más querido entre los dioses. Pero Loki, que tenía envidia del esplendor de Baldr, fue a casa de Frigg disfrazado de mujer. Frigg le dijo que había hecho jurar a todas las cosas que no dañaran a Baldr, y Loki preguntó si no había nada en el mundo que no hubiese sido obligado a ahacer este juramento. A esto Frigg respondió: <<"Al oeste del Valhalla crece una rama mágica, que llaman muérdago: me pareció demasiado joven para pedirle el juramento">>. En otras palabras, Frigg no obligó al muérdago a realizar el juramento por considerarlo insignificante.
Loki, sabiendo esto, encontró el muérdago y volvió con él al thing. Allí estaba también Hödr, el hermano ciego de Baldr, apartado del resto mientras los demás Ases se entretenían atacándole. Loki le preguntó por qué Hödr no le tiraba nada a su hermano para divertirse como los demás dioses, a lo que Hödr respondió >>"Porque no veo dónde está, y además estoy desarmado">>. Loki le dijo <<"yo te indicaré dónde está. Tírale esta ramita.">>. Hödr obedeció y sin mirar le lanzó la ramita de muérdago, y Baldr cayó muerto, produciéndose una gran penuria entre los presentes.
<<Cuando Baldr hubo caído, les faltaron las palabras a todos los Ases, y también las manos para cogerle, y se miraban unos a otros, y todos sabían quién lo había hecho. Pero ninguno podía vengarse, porque era lugar de tregua. Antes de que los Ases pudieran hablar apareció el llanto, y nadie podía hablar a otro de su dolor. Pero Odín fue quien más sufrió por esta pérdida, pues era quién mejor sabía qué gran daño y pérdida había para los Ases en la muerte de Baldr>>.
Odín dirigiendo las últimas palabras a su hijo Baldr, en una ilustración de 1908. |
Una vez los dioses se hubieron repuesto un poco, Frigg preguntó quién de entre los dioses viajaría al infierno para pedirle a Hel (una de las hijas de Loki) que dejara traer de vuelta a Baldr. Hermod se ofreció voluntario y marchó hacia allí montado en Sleipnir, el caballo de Odín.
Mientras Hermod viajaba a por el alma de Baldr, los Ases llevaron su cuerpo al mar. Para ello querían subir el cadáver de Baldr encima de su barco, Hringhorni, el mejor de los barcos, echarlo al mar y convertirlo en su pira. Pero el barco no se movía. Entonces mandaron llamar del Jötunheim a una giganta llamada Hyrrokin, que consiguió echar el barco al agua al primer empujón. Una vez en el agua, echaron sobre el barco el cadáver de Baldr junto con el de su mujer Nanna, que murió de dolor. Entonces utilizaron el barco como pira, y Thor consagró el fuego con su martillo. A esta pira llevaron el caballo de Baldr con todos sus arreos y el anillo de Odín, Draupnir, un regalo de los enanos que tenía la cualidad de gotear cada noche ocho anillos de oro de igual peso.
Entretanto, Hermod durante nueve noches por valles tan oscuros que no podía ver nada, cruzando el Gjallarbrún ("el puente sobre el río Gjall"), hasta llegar a las puertas del infierno, donde Hermod pidió a Hel que dejara volver a Baldr, pues era el ser más querido por todos. Hel dijo que deberían demostrar eso, por lo que si conseguían que todos los seres del mundo lloraran su muerte, le devolvería la vida. Entonces Baldr le acompañó fuera del palacio y le dio el anillo Draupnir para que se lo llevara a Odín [obviamente, cuando Odín puso el anillo Draupnir en la pira, todos los objetos que estaban en el barco fueron al inframundo, razón por la que tendría el anillo Baldr] y Nanna le dio telas y el anillo de oro Fulla para que se lo entregara a Frigg. Con todo esto, Hermod viajó de regreso al Asgard donde contó todas las nuevas que habían ocurrido en Helheim.
Hermod sobre Sleipnir y a la derecha Baldr y Hel |
Cuando los Ases se enteraron de esta condición, enviaron mensajeros por todo el mundo para pedir que lloraran a Baldr, a fin de que saliera del infierno. <<Y lo hicieron todos, los hombres y los animales, la tierra y las piedras, los árboles y todos los metales (...)>>. Pero los mensajeros encontraron en una cueva a una giganta llamada Thokk, que cuando se le pidió que llorara por Baldr dijo:
<<"Thokk llorará lágrimas secas
por la pira de Baldr: ni vivo ni muerto
me sirvió el hijo del hombre, que guarde Hel lo suyo">>
Esa Thokk no era otra que Loki metamorfoseado, motivo que se puede encontrar exactamente igual en la mitología oseta, mencionada al inicio de la entrada.
(Texto extraído de STURLUSON, S, "Gylfaginning" en Textos mitológicos de las Eddas, edición de E. Bernárdez)
No hay comentarios:
Publicar un comentario