Tras su matrimonio en 1258, la pareja se estableció en Sevilla. Desgraciadamente, cuatro años más tarde, la princesa murió, según se cuenta de melancolía, por añorar demasiado a su país. Su marido decidió enterrarla en la Colegiata de Covarrubias de la que había sido el abad. Existe, con respecto a esto, una curiosa tradición: se dice que aquellas doncellas solteras que hagan sonar la campana (en la foto al lado de la bandera noruega), encontrarán esposo en el plazo de un año.
En 1978, se erigió frente a la portada del templo una estatua en su honor. Desde entonces, las relaciones entre el gobierno noruego y la villa de Covarrubias han ido aumentando, hasta crearse incluso la Fundación Princesa Kristina de Noruega, cuyo propósito principal sería la creación de una capilla en honor a San Olav, cumpliendo así el deseo que la princesa pidió, hace más de 750 años, a su marido Felipe de Castilla.
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| Capilla de San Olav en Covarrubias, diseñada por el arquitecto Pablo López Aguado |
Personalmente, aunque la idea de honrar a Cristina de Noruega materializando su deseada capilla sea algo digno de elogio, dudo mucho que este resultado tenga mucho que ver con lo que hubiera tenido en mente la princesa, pero bueno, como se suele decir, para gustos los colores

Quizás deberías saber por qué se hizo así y verás que sí, que tiene bastante más que ver con lo que hubiera esperado Cristina de lo que parece.
ResponderEliminarhttp://www.hoteldonasancha.es/uploads/pdf/Claves_de_la_Capilla_de_San_Olav.pdf