Las sagas son un tipo de obra literaria que surgió en la Edad Media, entre los siglos XII y XIV. Son un tipo de narración en prosa [el verso sólo aparecerá en poemas que los propios personajes reciten] producida principalmente en Islandia, y casi siempre anónimas, aunque hay excepciones como el ya conocido Snorri Sturluson. Estas sagas tuvieron una gran aceptación en los países nórdicos, y a menudo, hablan de gestas de diversos héroes reales o semilegendarios, en su gran mayoría islandeses (donde se produjeron la mayoría de estas sagas) o noruegos (recuérdese que Islandia fue una colonización de Noruega, por lo que, a la hora de remontarse a los antecedentes, la metrópolis sale siempre por algún lado), vinculando a estos héroes con antecesores y descendientes creando así una genealogía que en ocasiones se remonta a algún dios (véase por ejemplo la Saga de los Ynglings, dinastía sueca que, según la leyenda, fue fundada por los dioses nórdicos tras su llegada a Escandinavia). Otras características de esta literatura a tener en cuenta es que no hay descripción psicológica de ningún personaje, aunque se pueda intuir mediante sus acciones, no hay personajes intrínsecamente buenos o malos, siguen un orden cronológico y describen los lugares con gran detalle.
Determinar el origen de las sagas ha sido siempre objeto de numerosos debates, pues no está claro si surgió a partir de antecedentes orales de tradición popular, o a partir de antecedentes escritos, como una confluencia entre la hagiografía y la historiografía.
Uno de los defensores de la primera vertiente fue Borges, que según señalaba:
"Este arte empezó siendo oral, oír cuentos era uno de los pasatiempos de las largas veladas de Islandia. Se creó así, en el siglo X, una epopeya en prosa: la sag. La palabra es afín a los verbos sagen y say (decir, y referir) en alemán e inglés. En los banquetes, un rapsoda repetía las sagas."
Borges, Literaturas Germánicas Medievales (1966), p. 32